En
un principio, la efectividad de las armas de fuego personales era
bastante limitada. Después de soltar el primer disparo y si el asunto
andaba muy caliente, la pistola, arcabuz o lo que fuera, se convertía en
un engorro que en el mejor de los casos sólo servía para atizar unos
cuantos culatazos antes de hacerse pedazos. Por eso y para tratar de
solucionar este problema, algunos artesanos idearon unas armas combinadas que unían en ellas lo mejor de los dos mundos, disparo y contundencia. Estos son algunos ejemplares.
En
esta pistola, el cañón es una contundente maza formada por seis
punzantes aletas. El pomo del mango tiene una bisagra para abrir un
compartimento donde se podía guardar la munición. Su gran ornamentación
hace suponer que era más de uso ceremonial que práctico.
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Vista completa
Especie
de piqueta-pistola del 1590 y de origen Alemán. Ésta, al contrario que
la anterior, era totalmente efectiva y se usó para lo que se fabricó.
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Hacha
pistola de 1610 de procedencia dudosa (Alemania o Península Ibérica).
La cabeza del hacha esconde cinco cañones que se cubrían con una
bisagra. En el pomo del mango, que se desenrosca, se esconde un sexto
cañón.
Detalle del “canto” de la cabeza del hacha donde se ven los cañones.
Aunque está claro que como hacha si puede tener su eficacia, se cree que como arma de fuego no es posible que funcionara.
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Hacha-carabina de 1720 y origen Danés. La cabeza afilada del hacha también podía usarse como arma punzante a modo de bayoneta.
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Hacha-daga-pistola
de la India del año 1820. El hueco donde va enroscado el cuchillo es el
cañón de la pistola. No se pueden pedir más cosas en sólo 1,10 kg.
Es
fácil imaginar, a partir de este tipo de armas, el desarrollo que
llevaría a la bayoneta. Esta es probablemente, una de las primeras armas
a la que se le puede aplicar el calificativo de bayoneta.
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